
Puede que tu hij@ no haya pasado el screening auditivo neonatas, puede que hayas notado que no volteaba a su nombre o no se sobresaltaba frente a ruidos fuertes. Puede que te hayan dicho que no tu hij@ no estaba avanzando en el desarrollo del lenguaje, o que ha tenido tantos episodios de otitis que los profesionales sugirieron una evaluación audiológica.
Un sin fin de exámenes, controles médicos y un diagnóstico audiológico que puede ser difícil de asimilar.
Mi hijo tiene hipoacusia, sordera o pérdida auditiva, ¿y ahora qué?
Hay varias acciones que puedes llevar a cabo y, mientras antes las tomes, mayor impacto va a tener en el desarrollo de tu hij@ ya que el desarrollo neuronal es mayor en los primeros años de vida.
Aquí te dejo algunas sugerencias:
1. Infórmate: acude a un profesional especialista en el trabajo con niños con pérdida auditiva que pueda responder todas tus dudas y orientarte en los pasos a seguir que decidan como familia. Manejar información disminuye la ansiedad, ayuda a tomar decisiones más informadas y a transitar este camino de forma más segura.
2. Pregúntate, ¿cómo quieres que se comunique tu hijo? Eso va a determinar el camino a seguir. Explora las diferentes formas de comunicación. Esto no va a ser el único factor que influya en la decisión, pero sí uno muy importante.
3. Tecnología auditiva: el cerebro no puede esperar. Es importante que si deseas que tu hijo tenga acceso al sonido se equipe con tecnología auditiva, como audífonos, lo antes posible. Un audiólogo te ayudará a seleccionar la tecnología auditiva más adecuada para tu hij@.
4. Comienza con intervención temprana: escoge un profesional que siga la línea comunicativa que quieras para tu hij@ y tu familia, y comienza a trabajar las habilidades comunicativas. ¡No esperes a que sea equipado con tecnología auditiva!, comienza lo antes posible.
5. Redes de apoyo: Conecta con otras familias que tengan hijos con hipoacusia o sordera. Recuerda que no estás sol@. Hay muchas familias que ya han transitado este camino y que pueden ser un gran apoyo en este proceso.
Y recuerda, la decisión de que camino seguir es siempre tuya como madre/padre/cuidador del niño (y que nadie diga lo contrario).
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